Por Fernanda Beigel (INCIHUSA-CONICET y UNCuyo) y Fabiana Bekerman (INCIHUSA- CONICET)
Recientemente se conoció la creación del SIDIUN (Sistema Nacional de Docentes Investigadores Universitarios) que viene a reemplazar al PROINCE (Programa de Incentivos a los docentes-investigadores), creado en 1993 para promover la investigación en las universidades nacionales. En diversos estudios se ha observado que PROINCE tuvo serias limitaciones, entre las que pueden señalarse las desigualdades regionales e institucionales; el estancamiento del monto del incentivo; el surgimiento de una competencia desigual entre investigadores/as de Conicet dedicados a la investigación y profesores/as dedicados mayormente a la actividad docente; la ausencia de parámetros para medir los efectos del programa en la calidad de la investigación; entre otras. Entre sus logros, se destaca que el PROINCE instaló una cultura evaluativa en las universidades nacionales y, más allá del valor monetario del incentivo, los docentes-investigadores de todo el país se inclinan masivamente a participar en las categorizaciones.