2 de diciembre de 2015
Ante el cambio de gobierno, lo que pienso hacer.
Ante todo quiero aclarar que lo que sigue es mi opinión personal, que hago pública porque muchas personas me han escrito en relación con este tema. No estoy tratando de convencer a nadie. No estoy discutiendo con nadie. Por lo tanto espero que todos, independientemente de a quien hayan votado, me den el derecho a tener una opinión y expresarla libremente.
Mi relación con Lino Barañao
Empiezo aclarando cuál es mi relación personal con el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Lino Barañao.
Lino es unos años mayor que yo, por lo que no fuimos alumnos al mismo tiempo, si bien los dos estudiamos en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (Exactas-UBA). Él estudió química y yo física, por lo que tampoco tuvimos una interacción que nos cruzara desde el ámbito científico.
Ambos tuvimos cargos de gestión en Exactas-UBA. En la década de 1990 ambos fuimos Consejeros Directivos, él por el Claustro de Profesores y yo de Graduados, pero en esos años no tuvimos mayor relación. Yo fui Secretario General entre diciembre de 1999 y marzo de 2002, y él asumió como Secretario de Investigaciones en ese momento y hasta mayo de 2003, cuando el Ministro de Educación Daniel Filmus lo convoca para ser Presidente de la Agencia Científica y Tecnológica (ANPCyT) en la Presidencia de Nestor Kirchner. En mayo de 2004 yo asumo nuevamente el cargo de Secretario General, soy electo Decano a fines de 2005 y asumo el 20 de marzo de 2006.
Recién allí comenzamos a tener una relación de trabajo. Yo era responsable del mayor centro de investigación del país, que reunía el 10% de los investigadores del CONICET y por lo tanto era obligado tener relación con la ANPCyT. Luego se acrecienta la relación cuando la Presidencia Cristina Fernández de Kirchner crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT) en diciembre de 2007 y Lino es designado Ministro.
Yo sentía que se estaba dando un paso estratégico en la consolidación de un modelo de desarrollo basado en la ciencia y la tecnología. Nunca visualicé al MinCyT como un Ministerio para beneficio de los científicos, sino como la concreción del rol estratégico que le asignaba la política. Una de las primeras cosas que le comenté a una estrecha colaboradora de Lino en febrero de 2008 fue que mi preocupación era que al separarse educación, de donde seguirían dependiendo las Universidades Nacionales, de ciencia y técnica, que pasaba ahora al MinCyT eso consolidara el modelo de universidad profesionalista argentino. Nuestra Facultad fue pionera y lider en la idea de que la investigación y la docencia deben ir de la mano, siguiendo el impulso inicial de Rolando García, Manuel Sadosky y muchos otros docentes-investigadores que tuvieron relevancia entre 1958 y 1966. Sin embargo la historia de la universidad argentina siempre ha sido liderada por modelos profesionalistas de contadores, médicos y abogados y la ciencia se ha asociado al CONICET.
Suelo contar como anécdota que cuando dije que iba a estudiar física mi papá me preguntó «y de qué vas a vivir» y sus amigos me decían «ah, educación física», dado que ni siquiera sabían de la existencia de esa carrera científica. Mi comparación era que esas preguntas y comentarios nunca se hubieran dado en países desarrollados como Estados Unidos, Alemania, Francia o Inglaterra, donde los físicos trabajan desde hace décadas en empresas, en conjunto con ingenieros, matemáticos, químicos y otros profesionales de las ciencias exactas y naturales. Yo quiero que Argentina sea un país desarrollado y soberano.
Entre 2007 y 2013 Lino y yo tuvimos muchísimas oportunidades en las que trabajamos en conjunto en diversos proyectos y fuimos generando una relación de confianza y respeto personal, que entiendo que es mutuo.
Los que hemos pasado por la gestión en Ciencia sabemos que no abundan las personas que, teniendo una formación científica, tengan vocación y aptitudes para dedicarse a la gestión de la ciencia. Seguramente porque logré sobrellevar 8 años como decano de Exactas-UBA fue que en septiembre de 2013, 6 meses antes de finalizar mi segundo y último mandato, Lino me ofreció sumarme a la gestión del MinCyT. En ese momento me ofreció hacerme cargo al finalizar la gestión en la Facultad de la Subsecretaría de Evaluación Institucional (SSEI), a cargo de la Dra. Cristina Cambiaggio, quien estaba en condiciones de jubilarse.
Cuando acepté el ofrecimiento de Lino lo hice dejando de lado otras ofertas que me llegaban, y dejando en claro dos cosas: mi convicción de que lo importante era el modelo de desarrollo y no solamente los intereses de los miembros del sistema de ciencia y tecnología (SCyT), y que yo consideraba, a diferencia de la mayoría de la sociedad, que el corazón del SCyT estaba en las Universidades Públicas, y no en el CONICET, dado que eran estas las únicas encargadas de formar los recursos humanos, base del sistema. Los que me conocen saben que en estos principios base mi gestión en la Universidad y que al tomarlos he seguido los lineamientos de la persona que más admiro por su gestión en el SCyT: Rolando García.
Cuando dejé el Decanato de Exactas-UBA el 20/03/2014 me fui a mi casa con licencia en la Facultad (ya estaba con licencia en CONICET desde el año 2008) y el 01/04/2014 empecé a trabajar en el MinCyT (no cobré por 10 días para que nadie pensara que me estaba llevando algo que no correspondía). Como la jubilación de Cristina Cambiaggio se iba a demorar, fui contratado para colaborar directamente con Lino en algunos proyectos especiales: el Polo de Medicina Traslacional y Equipamiento Médico de La Matanza, la relación entre el MinCyT y ARSAT y la creación del Centro Latinoamericano de Formación Interdisciplinaria (CELFI).
Finalmente el 01/04/2015 fui designado Secretario de Evaluación Institucional, dependiente de la Secretaría del Articulación Científico Tecnológica, a cargo del Dr. Alejandro Ceccatto. Estaba convencido que me estaba sumando a un proyecto político al que había apoyado con mi voto en 2003, 2005, 2007, 2009, 2011 y 2013. Un proyecto que, basado en el Plan Argentina 2020 impulsaba la vinculación entre la ciencia básica, la tecnología y las empresas, en especial las pequeñas y medianas, dado que son las únicas que pueden generar la mano de obra suficiente, además de una distribución de la riqueza cada vez más justa. Un proyecto político que entendía que era el Estado Nacional, a través de sus diversos ministerios, que debía impulsar el desarrollo tecnológico, demandante de ciencia básica y aplicada.
Ya para ese momento se empezaba a pensar en todos los ámbitos en la próxima presidencia, por lo que no era fácil generar muchos planes y tener el poder político real como para poder realizar innovaciones. Ya algunos sectores del interior del gobierno criticaban a Lino por diferencias tanto con algunas de las políticas impulsadas como con actitudes y características personales o por apentencias de cargos futuros. Cuando intentaron hacerme partícipe de esas acciones manifesté claramente que yo era parte de la gestión de Lino y que si tenía algo que criticar lo hacía con él o presentaba mi renuncia.
De hecho, defendí a Lino cuando muchos sectores del gobierno cuestionaron que él hubiera declarado en una entrevista de Nora Bar:
«-Se comenta que si triunfa Pro, no se descarta que siga en el ministerio. ¿Qué hay de cierto?
-Eso lo decidirá el próximo presidente. Nuestra administración tuvo una actitud muy abierta y de consulta a todos los sectores. Tal vez eso es lo que se valora en el espectro político.»
Lino sabe que en ese momento le comenté que mi opinión era que lo importante eran las políticas económicas, dado que estas determinaban el modelo de desarrollo y por lo tanto el rol del MinCyT.
Este tipo de «internas» se agudizó cuando fue quedando claro que el candidato del Frente para la Victoria no pensaba confirmar a ningún ministro de la actual gestión, y tuvo un clímax cuando se confirmó que el futuro Ministro, en caso de ganar Daniel Scioli, sería Daniel Filmus. Creo que Lino se merecía que alguien le hablara y le dijera que pensaban hacer a futuro. Fue en ese contexto que apareció el grupo CYTAR, integrado por algunos funcionarios de la gestión del MinCyT.
Aclaro por las dudas que yo tenía y tengo una buena relación con Daniel Filmus. Lo conocí antes de asumir como Decano, cuando Filmus era Ministro de Educación. Luego de asumir me invitó a participar del acto por el 30 Aniversario de la Noche de los Bastones Largos que se hizo en el Ministerio.
Compartimos diversas actividades y ya siendo Senador de la Nación me postuló para el Premio Sarmiento:
Yo seguí trabajando en la gestión de Lino, sin apostar a «acomodarme para lo que viene». Y eso hizo que me hicieran operaciones sucias, que no tengo claro desde donde provinieron:
Hago esta larga introducción para que quede claro que pertenecí al grupo de colaboradores que acompañó a Lino hasta el final, cuando ninguno le asignaba un futuro político. He tratado a Lino como un amigo, y no solamente como un Jefe, y siempre he tratado de cuidarlo acercándole opiniones y consejos. Siempre las escuchó, algunas veces las tomó en cuenta y otras no, como es razonable.
Para mediados de octubre Lino sabía que él no seguiría en el MinCyT. Sabiendo que el candidato del FPV sería Daniel Filmus. dio una entrevista a La Nación en la que afirmó:
«¿Cuál fue su principal logro como ministro de Ciencia y Tecnología?
El logro más importante es tal vez el menos visible, la tarea de casting, de elección de un grupo humano que fue la clave del éxito de estos años. El departamento contable, el legal, los directores de fondos de los proyectos, que no han tenido ninguna queja ni problemas legales en ocho años. Este es el logro que más me preocupa conservar.«
Para ese momento Lino había avisado en Exactas-UBA que el 10/12 volvería a su cargo docente. En esas semanas los nombres sobre posibles candidatos de Cambiemos a ocupar el cargo de Ministro en el MinCyT fueron cambiando, pero todos ellos provenían de las filas de la UCR.
Yo decidí esperar al resultado de la segunda vuelta electoral, a lo mejor por «cábala» o para no sentirme que estaba dando nada por consumado. En las tres semanas entre la primera vuelta y el balotaje participé de actividades de científicos en el Parque Lezama, Estación Constitución, Parque Chacabuco y Parque Saavedra en apoyo al FVP, manifestando por las redes sociales que «no daba lo mismo».
A las 23hs del domingo 22 de noviembre, con el resultado electoral del balotaje conocido, y con la certeza de que el futuro Presidente de los Argentinos sería Mauricio Macri, redacté la nota para retomar el cargo docente en Exactas-UBA el 10/12.
Al día siguiente le avisé a Lino de esta situación y me invitó a charlar a su despacho, cosa que se había tornado muy cotidiana en los últimos meses donde los «amigos del campeón» brillaban por su ausencia.
Conversamos sobre la hipotética posibilidad de que Cambiemos le solicitara la continuidad de algunos funcionarios. Le dije que podía ser razonable que algunas segunda líneas se quedaran, pero que yo no lo iba a hacer. También le aconsejé que él no continuara en gestión, a contramano de lo que varios miembros del MinCyT le pedían. Fundamenté este consejo en lo que yo sentía que era lo que le convenía a Lino como persona. Dada mi posición de no ser funcionario del gobierno de Cambiemos, nunca me indicó si su idea era que yo continuara en algún cargo a futuro. No se si hubiera existido un ofrecimiento concreto y cuál hubiera sido este.
La noticia que cambió el panorama
Dos días después, a las 17 hs del 25/11, el futuro Jefe de Gabinete Marcos Peña anunciaba las personas que iban a ocupar los diversos ministerios y confirmaba a Lino a cargo del MinCyT. En ese momento el Consejo Directivo de la Fundación Sadosky estaba reunido en la sala del cuarto piso del MinCyT. Lino presidía la reunión y yo estaba allí sentado en mi rol de Vocal, cargo en el que me había puesto el mismo Lino. Todos los presentes lo felicitaron y Lino contó que tenía el aval de la Presidenta.
El día siguiente. jueves 26/11 la periodista científica Nora Bar reflejaba tanto la noticia como la reacción de miembros del sistema de ciencia y tecnología.
A la tarde de ese día, durante la visita de Cristina Fernández y Lino a las nuevas instalaciones de YPF y de YTEC en Ensenada, se conocieron detalles de lo ocurrido. Luego de finalizado el acto, la Presidenta se acercó a los periodistas y relató su versión sobre la continuidad de Lino en el MinCyT (01:28:00 de la filmación)
Al día siguiente, viernes 27/11, se publicaron estas notas:
Esa mañana Lino dio numerosas entrevistas radiales en donde respondió muchas preguntas que aclararon su posición en relación con aceptar el cargo:
- 8:19hs con Demián Verduga, Sebastián Premici y Mariano Montali en Radio Nacional. Lino vuelve a relatar la situación de la oferta y el diálogo con la Presidenta. También describe las razones de preocupación de la comunidad científica y su postura crítica sobre lo hecho en CyT en CABA. Le consultan si había hablado en 2014 con Macri sobre la continudad y lo niega. Dice que trabajó con Carlos Melo en Biosidus, y que trabajó en la campaña de Scioli y la postulación de Filmus. Se abstiene de opinar sobre el nuevo gabinete, aunque indica que en general es una nómina gerencial. Lino dice que en ciencia no hay una visión partidista, no hay ciencia radical o peronista. Pero luego está la política científica, y allí no es lo mismo si con el conocimiento se van a hacer rutas, casas o shoppings. Lino aclara que en relación con el presupuesto, una parte sustancial ya está acordada con BID y CAF, y que además el presupuesto 2016, que fue elaborado por el actual gobierno y ya fue aprobado, contempla un incremento sustancial de recursos. Lino aclara que no va a ser cómplice de un desmantelamiento del sistema. Asume que, mas allá de lo que haya dicho Macri sobre ARSAT va a haber una visión mas coherente con lo que es necesario a nivel internacional.
- 8:38hs, con Luis Novaresio en Radio La Red. Allí dice que ya había vaciado la mitad de la oficina, y que sus hijos son los únicos críticos de que haya aceptado porque tenían acordadas vacaciones después de mucho tiempo. Lino dice que la ciencia no es objeto de opiniones partidarias como explicación a que le hayan propuesto continuar. Que el éxito fue posible por el apoyo continuo en los últimos 12 años, y cuenta que habló con Macri, que el ofrecimiento se lo hizo Marcos Peña, y que consultó con la Presidenta quien le dijo que aceptara si se cumplían ciertas condiciones, tal como lo había relatado ella misma en la charla con periodistas en Ensenada. Lino aclara que no hubiera aceptado si Cristina decía que no.
- 8:55hs, con Mauro Federico en Radio 10 donde reitera más o menos los mismos conceptos
- 9:11hs con Nancy Pazos en Radio Uno Lino cuenta que Marcos Peña es nieto de Eduardo Braun Menendez, y que había hecho el prólogo de un libro sobre el abuelo escrito por su hermano, por lo que tenía relación por esa vía. Aclara que votó siempre al socialismo, que en 2003 no lo votó a Kirchner y que luego votó al FPV, y que que no es de origen Peronista. Que cuando termina un mandato se acaba el compromiso político, pero que siente un compromiso con la Presidenta y que sin su aval no hubiera aceptado. Que se lo convocó porque tiene un perfil muy técnico y que por eso no generó problemas que no tuviera pertenencia partidaria ni antes ni ahora. Pazos indica que es una señal de continuidad de las cosas buenas para el 50% que no votó a Macri. Lino recalca la demora en ver resultados de los procesos científicos y tecnológicos y la necesidad de mantener un rumbo. Cuenta que Cristina no solamente apoya la ciencia sino que hace preguntas científicas inteligentes a expertos que la visitan.
- 9:24hs con Daniel Tognetti en Radio del Plata. Lino vuelve a contar la conversación con la Presidenta, y que fue importante que ella dijera públicamente que avalaba su participación en el gobierno de Macri porque partidarios del FPV dudaban de su versión. Hace un listado de los proyectos que se vienen impulsando y que se van a continuar. Lino dice que entiende que Tecnópolis sigue y que hay un compromiso con crédito del BID para apoyar la construcción de satélites futuros en ARSAT.
El sábado 28 de noviembre Perfil también cubría el tema:
También Valeria Román lo entrevistaba a Lino en Clarín:
En su programa de radio El Arcón, por Radio del Plata, Nora Bar le hacía también una entrevista:
El lunes 30/11 sale una entrevista en Página 12:
Esa mañana lo entrevista Reynaldo Sietecase en Guetap por Vorterix:
Y también Juan Pablo Varsky en No somos nada por Metro:
Ni tanto ni tan poco
Entre la primera vuelta y el balotaje muchos integrantes del sistema científico se movilizaron para manifestar su preocupación frente a la posibilidad de que accediera al gobierno Cambiemos, y que resultara electo Presidente Mauricio Macri. Esto se transmitió en general a la sociedad como una preocupación por la continuidad del MinCyT o de las políticas científicas, en muchos casos limitada a «lo que le va a pasar a los miembros del sistema».
Yo creo que ni el MinCyT y ni el sistema corren riesgo, por diversas razones que trataré de explicar.
Por una parte la «ciencia» es muy reconocida a nivel social. Probablemente haya ayudado la prédica continua desde el 2003 de las máximas autoridades políticas del país sobre la importancia estratégica de esta. Y también deben haber ayudado el éxito de algunos proyectos tecnológicos, como la finalización de Atucha II, la construcción del ARSAT 1 y del ARSAT 2, la fabricación del Radar Primario Argentino 3D, del Radar Secundario Monopulso Argentino y del Radar Meteorológico. Pero seguramente a esto se suma que socialmente los científicos ya tenían en general buena imagen, de gente «creíble», «abnegada», «…». Considero que esto es una construcción social que tiene una enorme componente de idealización, dado que en promedio no somos distintos al resto de la sociedad, pero que se ha extendido.
La imagen mediática que simbolizaba la preocupación antes mencionada expresada por los científicos era «que no nos manden a lavar los platos». Hace unas semanas escribí sobre la historia de esa frase.
Allí ya relativizaba la importancia de la preocupación de los individuos y marcaba que a mi entender el real peligro estaba relacionado con el cambio de modelo de desarrollo.
Esto fue luego expresado también por Eduardo Dvorkin y Roberto Salvarezza, quienes decidieron no continuar en la gestión en el nuevo gobierno de Cambiemos:
Una persona que contribuyó a generar confusión fue la propia Presidente Cristina Fernández, cuando en sus dichos del 26/11 en Y-TEC indicó que la política de CyT se garantizaba con la continuidad de personas. Yo no creo en eso, sino que la política de CyT del país se garantiza con la continuidad de las políticas, en especial las económicas conectadas con las sociales. Lo que llamamos «modelo de desarrollo».
También la Presidenta dijo que en el MinCyT debía haber técnicos, y no políticos, y pienso que se equivoca. Yo creo que Lino, yo, y todos los que estamos en gestión somos o hemos sido científicos pero ADEMAS somos políticos. Volver a poner la idea del científico «técnico» alejado de la «política» es un retroceso.
¿Cuál era y es el riesgo real?
Yo no creo que Cambienos, o el PRO, fuera a destruir el MinCyT. Primero, porque como el propio Lino aclaró en la nota de Radio Nacional el financiamiento está en gran medida asegurado por los créditos que ya están tomados con BID y CAF. Y además está claro por lo anunciado por Cambiemos que la idea es tomar enorme cantidad de nuevos créditos en base a resolver el problemas con los «holdouts» (o fondos buitre), que se encuentran entre el 7% de los bonistas reestructurados que no entraron el la negociación del default declarado en la Presidencia de Rodríguez Saa en 2001.
En ese contexto de políticas macro-económicas, seguir tomando 200 o 300 millones de dólares cada 2 o 3 años, como se ha venido haciendo para financiar las políticas del MinCyT, o incrementar esto al doble o al triple sigue siendo muy poco en un contexto donde la deuda en moneda extranjera es de menos del 10% del PBI. Es decir, estamos lejos de la situación de España, donde SI se cerró el Ministerio de Ciencia, cuando las políticas liberales comenzaron el ajuste al llegar el endeudamiento externo a más del 100% del PBI y sin posibilidad de tener política monetaria autónoma al estar dentro del EURO, algo parecido a lo que pasó en Argentina con el uno a uno de Cavallo.
Tampoco creo que Cambienos vaya a bajar los níveles salariales de los investigadores. El sistema es suficientemente chico como para poder sostener un reconocimiento salarial diferenciado y alto sin que esto afecte sustantivamente la economía. Uno puede suponer que los dirigentes del PRO son tontos o inútiles. No es mi caso. Creo que han detectado la buena imagen social que tiene el sector científico y van a asignar los recursos necesarios para que la situación sea favorable a nivel individual de los actores. Además, ideológicamente no tienen problemas en reconocer selectivamente a un sector que consideren económicamente eficiente o políticamente conveniente, aunque esto genere una isla de bienestar en un mar de marginados, dado que esas son las ideas que suelen impulsar los gobierno de derecha.
Es más, tal como relevó Nora Bar en la reunión que tuvo Filmus con un grupo de investigadores en la Fundación Leloir, las preocupaciones manifestadas por los investigadores para el caso de ganar el FPV no eran de carácter estratégico sino operativo o corporativo: mayores salarios; simplificación de trámites burocráticos, en especial los relacionados con importaciones; solución al problema de accesos a las revistas electrónicas mediante la normalización del pago de suscripciones, lo que se logra con el incremento de reservas en el BCRA. Todas cosas que Cambiemos va a resolver porque lo necesita para otras áreas (por ej las reservas) o que demanda un poco (pero no mucho) de gestión y decisión política.
Pero de hecho, Lino no habló sobre su rol de «defensor» del sistema, sino que dijo que seguía en el cargo para defender al personal altamente calificado que hacía que el MinCyT funcione. En esto es importante aclarar que el personal del MinCyT es poco, altamente capacitado, universitarios con formación específica de posgrado en general del área de las ciencias sociales, y en su gran mayoría no tiene todavía un cargo de planta permanente, si bien muchos concursos se están realizando en estas semanas. Y es cierto que, ante manifestaciones públicas de Cambiemos, que indicaban que el estado estaba lleno de ñoquis de La Cámpora y que iban a depurar la planta, había preocupación, dado que temían la invasión de las «hordas de Atila» ante esta primera transición en la historia del MinCyT. Pero nuevamente, si Cambiemos decidía reemplazar a los Directores Nacionales de las áreas «sustantivas», que son los que sostienen las políticas, o al personal técnico que trabaja con ellos, iban a generar un caos. Les iba a explotar el MinCyT en las manos porque se les iba a paralizar todo. Nuevamente, no creo que sean tontos o idiotas, y para mi eso no iba a ocurrir.
La preocupación cierta de Lino era por el personal de conducción de administración, jurídicos, directores de fondos de la Agencia y en todo caso de los funcionarios políticos: dos secretarios, 5 subsecretarios, un jefe de gabinete y poco más. Lo entiendo desde lo humano, porque él los convocó, generó una relación de muchos años con ellos y se siente responsable de su suerte.
Ahora, la pregunta es porqué Cambiemos le propuso a Lino seguir. Si uno mira los funcionarios que se han designado en diversos cargos encuentra un núcleo de políticos y otro de perfil técnico. La mayoría de los que tienen formación universitaria son egresados de grado o de posgrado de universidades privadas: UCA, San Andrés y Di Tella. Y es una condición humana natural que uno se rodea de la gente que conoce y que la siente de su «tribu». De hecho el propio Lino convocó a muchos investigadores de Exactas-UBA. Y Lino conoce a Carlos Melo, responsable de CyT de la CABA porque trabajaron juntos en un proyecto de Biosidus y a Marcos Peña por una relación con el hermano. Y Macri se rodea de sus viejos compañeros del Cardenal Newman. Es decir, las relaciones personales son importantes.
Los miembros del PRO que se formaron en la UCA, Andrés y Di Tella no tienen amigos con los que hayan cursados carreras de ciencias exactas o tecnológicas, porque esas carreras no existen en esas universidades. Por lo tanto la opción que se barajó era que el cargo iba a ser ocupado por la UCR. Mi interpretación es que en lugar de esto el PRO, en una jugada MUY inteligente, decidió matar varios pájaros de un tiro al incorporar a Lino. Con esto: a) dio un mensaje a la comunidad científica y a la sociedad toda que se había movilizado de que nada malo iba a pasar porque «todo seguía igual»; b) mantenía una persona con una excelente imagen, con perfil técnico, y nulo nivel de conflictividad; c) daba la imagen de «amplitud» al incorporar un ministro del anterior gobierno, con una señal de que mantiene lo «bueno».
Esto evidentemente se facilitó por los contactos que el mismo Lino mencionó que tenía con el hermano de Marcos Peña, quien se identifica como uno de los ideólogos del nuevo gobierno. Marcos Peña le ofreció a Lino seguir, y Lino contestó que debía consultar por lealtad con la Presidenta que lo había designado.
Es bueno detenerse en un detalle no menor. No es que la Presidenta Fernández le dijo a Lino que fuera a ofrecer permanecer, sino que fue Lino el que le consultó a Cristina si debía aceptar. Y el mismo Lino aclaró que no hubiera aceptado si ella decía que no.
Y acá hago una reflexión contrafáctica, y les pregunto a familiares, conocidos, y no conocidos que votaron a Cambiemos ¿qué hubieran dicho si Cristina Fernández decía que no? No tengo dudas de que iban a afirmar que la culpa de que algo saliera mal era de ella, que otra vez impulsaba los enfrentamientos, las divisiones, la «grieta». Es claro que cualquier político hubiera dicho que sí, que debía aceptar, y aprovechar para resaltar lo logrado en estos 12 años.
Que la Presidente le dijera a Lino que debía seguir tuvo el efecto instantáneo de que muchos votantes de Cambiemos, algunos familiares, que no estaban muy en tema inmediatamente empezaran a elogiar las políticas de CyT. Estoy seguro que esto no hubiera sido tan simple si las políticas solamente hubieran sido las del «gobierno de Cristina».
Por otra parte, es obvio que una vez que la Presidenta aconsejó que Lino siguiera, si algo sale mal a futuro, ante algo que claramente estaba bien (porque lo reconoció el nuevo gobierno al ofrecerle el cargo a Lino) será responsabilidad de la nueva gestión.
Era optar entre todo pérdida o todo ganancia. La decisión era simple porque en la práctica había una sola opción racional.
En ese juego de tácticas y contra-tácticas políticas lamentablemente se perdió de vista algo que comento más adelante: lo importante no es el MinCyT sino el proyecto de desarrollo, y eso no se garantiza con el Ministro de Ciencia sino con el Gabinete Económico.
Mi decisión
Desde que se conoció que Lino iba a ser Ministro del gobierno del nuevo Presidente Mauricio Macri recibí muchos mensajes.
– Los conocidos y familiares que votaron a Macri daban por hecho, sugerían o apoyaban que siguiera en el cargo.
– La gente que trabaja conmigo en la Subsecretaría quería que me quede, a lo mejor porque es mejor «malo conocido que bueno por conocer». La verdad es que hemos trabajado pocos meses juntos pero hemos establecido una relación excelente y son todos jóvenes profesionales brillantes.
– Muchos científicos también me manifestaron su apoyo a que continuara en la gestión. Para ellos también se aplica el dicho anterior, dado que muchos me conocen.
Pero como dije, yo no interpreto que soy un técnico o un CEO que trabaja por un buen sueldo pero que en definitiva no le van sus sueños e ideales en eso. Los que me conocen saben que es justamente todo lo contrario. Creo que justamente por eso es que no me ha ido mal en gestión. No gestiono cualquier cosa, sino aquello en lo que creo. Hago POLÍTICA científica.
Como ya dije, solamente entiendo la existencia del MinCyT como organismo estratégico en un contexto de un modelo de desarrollo que yo llamo el de Moreno, Belgrano, Castelli y Monteagudo: cuidado del trabajo nacional y del mercado interno, desarrollo de la industria nacional, políticas soberanas, equidad.
Como ya dije, tampoco creo que nada terrible le vaya a pasar al MinCyT, mientras que por el contrario SI tengo dudas sobre las políticas de desarrollo a impulsar. Si bien podría interpretarse que Marcos Peña podría tener una visión más «desarrollista», yo considero que esa política solamente se puede concretar con políticas económicas Keynesianas, no- ortodoxas, donde el estado tenga un rol importante. Creo esto porque es lo que hizo Estados Unidos, en el siglo XIX, luego de que el Norte industrialista ganara la guerra civil, sólo por dar un ejemplo. Y la evidencia es que los economistas que han convocado tienen todos antecedentes y visiones completamente liberales y ortodoxas. Creo que el desarrollo de PyMES tecnológias demora décadas y solamente pueden crecer de la mano de un Estado Nacional presente que impulse grandes proyectos tecnológicos. Hoy la carrera de física ha aumentado su matrícula y hay desocupación CERO. Esto es gracias a las iniciativas del Estado a través de CONEA, INVAP, la Secretaría de Ciencia Tecnología y Producción para la Defensa, etc. Sobre los proyectos satelitales de ARSAT escribí un documento donde dejaba en claro la importancia estratégica de los mismos. Accedí a esa información porque me tocó ser el interlocutor entre el MinCyT y esa empresa del estado para el establecimiento de políticas de mediano y largo plazo:
Esta política económica con intervención fuerte del estado podría ser ejecutada el el gobierno de Mauricio Macri, pero creo que es poco probable. Como dirían en el campo, «es difícil que el chancho vuele». O modificando una frase del ex-presidente Nestor Kirchner que me hizo llegar Juan Pablo Paz, debería ocurrir que el Presidente Macri estuviera dispuesto a «dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada» justo cuando esas convicciones tienen el total apoyo de los medios de comunicación, grandes empresas y principales gobiernos extranjeros.
Lo que si creo que es muy posible que ocurra es que sufran las Universidades Nacionales. Como ya mencioné, los cuadros políticos del PRO están formados en la UCA, San Andrés y Di Tella. Sigo creyendo que su visión de las Universidades Públicas es la que relaté en esta historia:
Finamente, me resulta curioso que aquellos que con vehemencia reclamaban un «cambio» crean que lo mejor, lo más conveniente y lo necesario sea que una gestión que ya estuvo dos períodos constitucionales continúe. Porque es MUY evidente que no están reclamando esa continuidad en relación con el modelo de desarrollo, nuevamente como si la suerte del MinCyT y de los investigadores estuviera separada del resto.
También quiero remarcar que no creo que sea justo reclamarme a mí que «no pongo el cuerpo» o que hago la «fácil». Para mí lo «fácil» es seguir en el MinCyT, por obvias razones. Y si hace falta como muestra, cuando consideré que había que preservar un ideal me quedé tres noches encerrado en la Facultad con tres compañeros de trabajo «aguantando los trapos». Como charlaba con alguna persona del MinCyT. si mi puesto fuera de esos que tienen estabilidad legal y el mandato no estuviera cumplido (por ejemplo alguno de los cuales ahora quieren remover), de seguro resistiría. Pero esa no es la situación. Un gobierno que ganó las elecciones reemplaza a otro que también había ganado las elecciones, y lo natural es que las designaciones terminan con la gestión.
Desde ya, si Daniel Filmus me hubiera ofrecido continuar lo hubiera aceptado con gusto, porque era en el contexto de un proyecto político que apoyo.
Pero no me siento cómodo participando en un gobierno que considera que el trabajo técnico del MinCyT se hizo bien en un contexto donde cree que todo lo demás fue un desastre. Un «equipo» que cree que todos los funcionarios salientes son corruptos, salvo los del MinCyT. Yo soy el primero en aceptar errores y limitaciones, pero eso no significa que desconozca el proyecto político en el que creí 12 años. Y tampoco me resulta «natural» incorporarme como «técnico» a otro proyecto que no siento como propio. Entiendo al que siente y cree otra cosa. Respeto profundamente los que se van a quedar, en especial porque fueron ellos los que estuvieron ocho años en el MinCyT construyendo lo que es hoy. De la misma forma espero que acepten mi visión, que es distinta.
Podría decir que ante esta situación dilemática no trivial me siento más tranquilo conmigo mismo con posiciones como las manifestadas por Alberto Sileoni o Alberto Kornblihtt en estas entrevistas:
- Sileoni sobre Barañao: «Respeto su camino pero no habría sido el mio» Mañana es hoy, Nacional – AM 870, 26 de noviembre de 2015 09:24
- Alberto Kornblihtt con Nora Bär El Arcón – Del Plata, 28 de noviembre de 2015 12:10
Cambiemos no explicitó cuál iba a ser su equipo de CyT antes de la elección. Eso se puede interpretar como improvisación o estrategia. Asumiendo que ha tenido una actitud seria al presentarse para manejar el país, debo entonces asumir que SI sabían lo que querían hacer y que SI tenían cuadros formados para hacerlo. Porque considero que un partido político NO es una empresa que sale a reclutar gerentes, sino que es un grupo de personas que se reúnen en torno a un proyecto político y en ese recorrido forman «cuadros». El Macrismo hizo eso con la Fundación Pensar. No me corresponde a mí interpretar porqué no los usaron, pero tengo claro que no formé ni formo parte de ellos.
Creo que lo correcto entonces es desearle al nuevo gobierno el mayor de los éxitos, para bien de todos los Argentinos, y dejar el cargo político con el que me honraron Lino Barañao y Cristina Fernández.
Jorge Aliaga
02/12/2015
jorgealiaga.com.ar