29 julio 2016
Al cumplirse 50 años, un compendio de material conocido y mucho perteneciente al archivo de Rolando García
Introducción
Quiero empezar con algunas imágenes que no pertenecen a la Noche de los Bastones Largos. Tampoco pertenecen al edificio de la calle Perú, en la Manzana de las Luces, donde estaba ubicado el decanato y todavía se dictaban varias carreras. Son imágenes del Pabellón I de la Ciudad Universitaria, el símbolo del proyecto que se estaba destruyendo.
Esta imagen también me parece representativa, porque muestra a la computadora Mercury de la compañía Ferrante, conocida como «Clementina». Pero a mi me gusta mucho porque hoy allí se ubica Laboratorio 3, donde di clase durante muchos años (hoy está muy cambiado, porque se trasladaron varias puertas y se construyeron algunas paredes).
Finalmente, el Plano del proyecto completo de Ciudad Universitaria, con la ubicación destinada al Rectorado y al resto de las Facultades. La imagen está en la contratapa de un folleto del año 1963, elaborado por el Instituto de Cálculo (IC) para difundir sus actividades. El ovalo amarillo muestra la ubicación del Pabellón I, en cuyo segundo piso estaba el IC. Del resto, se construyó el Pabellón II y el III, ocupados por Exactas y Arquitectura.
¿Qué pasó en la Noche de los Bastones Largos?
Para los que no tienen mucha información sobre qué ocurrió en la Noche de los Bastones Largos, creo que lo mejor es que vean este documental de Encuentro, elaborado por la Universidad de San Martín.
También es interesante leer el documento elaborado en la década de 1980, al regreso de la democracia, por el Centro de Estudiantes de Exactas-UBA (CECEN) en base a un escrito del Profesor Rodolfo Busch, que en ese momento era Director del Departamento de Química Física, Inorgánica y Analítica.
El portal de noticias de Exactas-UBA, NEX Ciencia, publicó en ocasión del 50 aniversario una entrevista al físico Oscar Folguera, uno de los presentes esa noche:
Algunas muestras del clima previo
Estos documentos, anteriores al golpe de estado liderado por el General Juan Carlos Onganía que derrocó al Presidente Arturo Illía, muestran cómo operaban sectores de derecha y la opinión que tenían sobre los profesores que conducían la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y en especial Rolando García.
García, además de decano había sido designado vicepresidente del CONICET en su creación en 1958, acompañando en esa gestión al designado presidente, el premio Nobel Bernardo Houssay. Este «informe» sobre la situación del CONICET hoy podría causar risa (o no tanto), conociendo a las personas que se mencionan, pero marca el pensamiento de ciertos sectores.
Todos los relatos acuerdan en que las posiciones del grupo reformista de la UBA, y en especial de los profesores que lideraban Exactas, había generado conflictos con diversos sectores. En las actas del Consejo Superior del mes que transcurre entre el golpe de estado (28/06/1966) y la intervención a la universidad (29/07/1966) quedan expuestas las denuncias contras los sectores liderados por el decano de la Facultad de Derecho, Marco Aurelio Risolía, quien el 4 de julio, a pocos días del golpe, fue designado por Onganía como miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Mientras Reformistas y Humanistas dejaron de lado sus diferencias políticas para defender la democracia y la autonomía, los sectores de derecha apoyaron claramente el golpe de estado y la intervención a la universidad.
Pero además es importante notar lo que dice Roberto Roth, Secretario Legal y Técnico de la dictadura de Onganía, en el reportaje que le hacen para la documental de Encuentro (ver más arriba). En el minuto 24 de la primera parte dice «No hubo ninguna excelencia en esa Universidad. Al contrario: era un desastre. Suponer que la universidad la vas a arreglar con un tripartito no tiene sentido. Los estudiantes decidiendo si sus profesores, este…, son nombrados o no son nombrados, dónde se va a hacer ciencia, dónde se va a hacer técnica, más los egresados, que son nombrados por la unidad básica o el comité, o… en elecciones subsidiadas por la CIA, como en el caso, cuando yo llegué, al consejero de egresados.»
Que el propio Roth reconozca la intervención de la CIA es un dato relevante en una elección de graduados de una universidad pública. En el contexto geopolítico de la época, queda claro porqué los profesores de Exactas eran calificados como comunistas, y constituye un elemento adicional a tener en cuenta al momento de entender las razones del «operativo escarmiento».
La denuncia penal de Rolando García
Esta es la copia de la denuncia penal que presentó Rolando García denunciando el accionar de la Policía Federal, y un volante que la resume.
El periodista Guido Lichtman publicó el 28/07/2016 en Página 12 un informe sobre esa causa penal, que se cerró sin imputar a nadie:
Las renuncias
En el año 2006 el Dr. Roberto Fernandez Prini vino al decanato y me dijo «guardé esto durante todo este tiempo. Creo que es el momento de entregarlo a la Facultad». Eran los originales de las firmas de los renunciantes de 1966 en Exactas-UBA, que al producirse el golpe de estado declaraban que no iban a aceptar otra autoridad universitaria que no fuera la surgida de la autonomía y el co-gobierno. Los originales están guardados en la sala de preservación de la biblioteca Leloir (Exactas-UBA) y una copia en un expediente de la Facultad.
Entre los papeles de Rolando García se encuentra el acta de renuncias de EUDEBA:
En el contexto del 50 aniversario, la UBA realizó un relevamiento de todos los renunciantes con el objetivo de dejar constancia del hecho y entregarles un reconocimiento a los que estuvieran vivos. Estas son las resoluciones con los nombres:
Pronunciamientos de renunciantes
Los asambleistas reformistas que en el año 1965 se nuclearon en apoyo de la candidatura a Rector de Rolando García emitieron un documento luego de la intervención a la universidad:
Los profesores, graduados y estudiantes de diversas universidades nacionales se organizaron y publicaron una serie de boletines:
Apoyos internacionales
El primer apoyo fue la carta del Profesor Visitante Warren Ambrose. El estaba presente esa noche en la Facultad, fue golpeado y detenido, y sirvió como fuente determinante para desacreditar completamente las versiones oficiales que hablaban de que los estudiantes habían atacado a la policía.
Inmediatamente llegaron notas de apoyos de científicos argentinos residentes en Estados Unidos, de científicos de Estados Unidos y de sociólogos reunidos en una actividad académica en Francia. También fue muy importante la repercusión en diarios de todo el mundo.
La posición del CONICET
Las diferencias ideológicas entre las autoridades del CONICET, lideradas por Houssay, y los universitarios, liderados por Rolando García, se volvieron a evidenciar ante el golpe de estado y la intervención a la universidad.
La posición del CONICET fue tibia, denunciando los golpes pero celebrando que se instaure el orden y se elimine la política en la universidad. Este posicionamiento, funcional al golpe de estado y la intervención, fue denunciado claramente por ejemplo por Cora Rato, profesora asociada del departamento de matemáticas de Exactas-UBA y esposa de Manuel Sadosky, como lo refleja este número de La Mensula:
Tratando de salvar a los jóvenes
Luego de las renuncias varios profesores encabezados por Rolando García se ocuparon de hacer gestiones internacionales para que los estudiantes fueran recibidos en centros de investigación internacional que les permitiera realizar el doctorado y terminar de formarse. Acá se muestran dos respuestas de la Academia de Ciencias de Estados Unidos informando del avance de las gestiones:
Informe internacional
La American Academic Community publicó en la Latin American Studies Association un informe sobre la situación en la universidad argentina luego de la Noche de los Bastones Largos.
Primero se hizo público un resumen:
Luego se conoció el informe completo, elaborado por tres científicos que recorrieron el país y dejaron constancia de las consecuencias de la intervención de Onganía a las universidades:
Mi visión
En el año 2012 escribí para el portal Educ.ar, del Ministerio de Educación de la Nación, un documento sobre la noche de los Bastones Largos que representa mi visión sobre ese lamentable hecho.
A modo de actualización me parece importante destacar que el gobierno de Illia, que tenía la debilidad de origen de haber sido electo con el peronismo proscrito, había sido destituido luego de una larga campaña impulsada por los medios de comunicación y por la acción de sectores de derecha que se oponían a algunas de las políticas impulsadas: anulación de los contratos firmados por Frondizi con compañías petroleras internacionales, aprobación de la Ley Oñativia que controlaba el mercado de medicamentos, rechazo al envío de tropas a Santo Domingo, país que había sido intervenido militarmente por Estados Unidos. Eran momentos de tensión internacional entre Estados Unidos y la Unión Soviética, en los que avanzaba la imposición de la Teoría de la Seguridad Nacional en Latinoamérica.
El gobierno de Onganía, con el ministro de economía Adalbert Krieger Vasena y el embajador en Estados Unidos Álvaro Alsogaray, impulsaron el fin del modelo económico que se había intentado construir durante los gobiernos de Perón y Frondizi centrado en el desarrollo de la industria nacional. El nuevo gobierno liberalizó el comercio internacional y eliminó la protección a nuestra industria y el mercado interno. Ese modelo generó conflictividad social que generó amplios movimientos de protesta como el Cordobazo.
Cuando ocurrió la Noche de los Bastones Largos yo estaba cursando primer grado en la escuela primaria. No pude formarme una opinión mientras fui estudiante en la universidad, porque ingresé en 1977 en plena dictadura cívico militar y los docentes no nos hablaban de lo que había pasado, dado que muchos de ellos eran los que no habían renunciado en el año 1966 o no habían sido cesanteados en el año 1974.
En el regreso de la democracia y durante el proceso de normalización de la universidad, apareció una pintada en las escaleras del Pabellón II que decía «Facultad querida, dame un decano como Rolando García» (la pintada todavía se puede leer, con dificultad, y es una adaptación de una adaptación de una frase que se usaba en ese momento en relación con el joven presidente de Perú Alan García). Yo no sabía de qué hablaban. En esos años se les ofreció la oportunidad a los renunciantes o cesanteados de 1966 y 1974 de volver a la Facultad con los cargos que tenían en su momento. Así volvieron varios docentes, como Guillermo «Willy» Dussel que dejó su cargo de planta en la CNEA y volvió con un cargo de Jefe de Trabajos Prácticos al Departamento de Física. Esa generación retornada ayudó a recuperar las ideas de 1966 y retomar el camino truncado a fuerza de bastonazos.
El 24 de marzo de 2006, a tres días de asumir el decanato, visitamos con Carolina Vera (vicedecana) a Rolando en su departamento de la calle Juncal. Desde allí fuimos construyendo una relación con él y con su mujer, la destacada experta en educación Emilia Ferreiro (una de las primeras egresadas de la carrera de psicología de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA). Logramos que Rolando recuperara su relación con la Facultad, y de esa forma tratar de que sintiera el agradecimiento de la comunidad por lo hecho como decano y por la dignidad y valentía con la que enfrentaron la intervención a la universidad.
Las tres décadas de autonomía y cogobierno en un contexto de gobiernos democrácticos permitieron a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales retomar la metodología de trabajo que se había iniciado en 1958: organización departamental, sin cátedras, docentes-investigadores con lugar de trabajo en la Facultad, concursos abiertos y periódicos. El fuerte apoyo presupuestario a la ciencia desde el año 2003, a través del CONICET, ayudó a duplicar la cantidad de investigadores y re-equipar los laboratorios. El impulso del desarrollo tecnológico nacional, a través de la construcción de radares, satélites, aviones o la creación de Y-Tec, generaron un notable aumento en la demanda de egresados y dieron actualidad al proyecto de Rolando García, Manuel Sadosky, Amilcar Herrera, Félix González Bonorino y tantos docentes, graduados y estudiantes. Ellos creyeron e hicieron realidad la creación de un centro de formación de científicos de primer nivel que permitiera impulsar el desarrollo tecnológico nacional autónomo.
Como nos dijo Emilia Ferreiro a Carolina Vera y a mi, cuando salíamos de la reunión realizada para celebrar el cumpleaños 90 de Rolando en Buenos Aires: «A esta edad, es bueno saber que tuvo sentido». Los que sabemos «que tuvo sentido» seguiremos luchando por hacer realidad los ideales y proyectos de los apaleados en la Noche de los Bastones Largos, porque su proyecto sigue teniendo vigencia.
(los documentos que se muestran son parte del archivo personal de Rolando García.
Jorge Aliaga
29/07/2016
jorgealiaga.com.ar