Me preguntan si voy a tener un cargo

Cambió el gobierno y muchos me preguntan si voy a tener un cargo en la nueva administración.

La respuesta es SI. El 10/12/2019 asumió una nueva gestión en la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR), nuevamente encabezada por Jaime Perczyk, y me invitó a seguir a cargo de la Secretaría de Planeamiento y Evaluación Institucional.

Algunos pensaron que a lo mejor tenía un cargo en el recuperado MinCyT. La realidad es simple: El presidente decide quienes serán sus Ministros y los Ministros quienes serán sus Secretarios. No hay nadie mejor para ocupar esos cargos que los que ellos pensaron que deben estar, porque así funciona la democracia. Mis deseos de éxito a Roberto Salvarezza, Juan Pablo Paz, Diego Hurtado, Ana, Franchi, Fernando Peirano, Elisa Colombo, Carolina Vera, y también a conocidos que van a otros ministerios como Graciela Morgade, Ana Castellani, Daniela Castro y muchos otros.

Yo ya fui Subsecretario, así que me parece que lo mejor es que esos cargos de tercera linea los ocupen jóvenes que hagan sus primeras armas en gestión.

Un poco de historia

Yo empecé a participar en gestión en el año 1992, cuando asumí como representante de la minoría de Graduados ante el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Ocupé ese cargo tres años y luego otros dos años fui representante por la mayoría. En ese tiempo escribí mi primer documento en el que usaba datos que otros no tenían para hacer análisis político, detección de problemas y propuestas de cambio. Se conoció en la facultad como el “Informe Aliaga“, e inauguró una larga lista de escritos que generaban debates y discusiones, no exentos de polémicas.

En el año 1999 fui Consejero Superior por Profesores y representante de la Facultad en la Comisión de Pautas Presupuestarias, y entre los años 2000 y 2002 Secretario General de Exactas-UBA. Volví unos años tiempo completo al laboratorio pero en 2004 me convocaron nuevamente como Secretario General, cargo que ocupé hasta marzo del año 2006.

Entre los años 2006 y 2010, y nuevamente entre los años 2010 y 2014, fui electo como Decano de Exactas-UBA. Paulatinamente decidí que podía hacer aportes más relevantes como gestor de la ciencia que como científico, y dediqué mi tiempo a tratar de mejorar la universidad y la ciencia nacional.

Al terminar la gestión como Decano el Ministro Barañao me invitó a sumarme a su equipo. Estuve un año colaborando en distintos proyectos y cuando se jubiló la Dra. Cristina Cambiaggio en abril del año 2015 asumí como Subsecretario de Evaluación Institucional, cargo que ocupé por 9 meses, hasta el 9/12/2015.

Tuve la oportunidad de ocupar otros cargos, que por distintas razones no acepté. Pude ser Secretario del MinCyT en el segundo gobierno de la Presidente Cristina Fernandez (2011), pero hubiera tenido que renunciar al cargo de Decano para el que acababa de ser re-electo, y me pareció incorrecto. En 2014, cuando dejé el decanato de exactas-uba, pude trabajar colaborando en otros Ministerios, estar a cargo de un organismo de CyT y hasta ser Rector Organizador de una Universidad, pero ya me había comprometido con el MinCyT y prioricé la palabra empeñada. En diciembre de 2015 pude quedarme en la nueva gestión, porque estoy seguro que Barañao me hubiera ofrecido un cargo de primer nivel, pero jamás se me pasó por la cabeza (me sentí identificado cuando el Presidente Alberto Fernandez habló de “comportamientos dignos” al anunciar su gabinete el 6/12/2019).

En todos estos años me enfrenté con los poderes que manejan la UBA, desde la época de Shuberoff hasta el presente. Con ellos nos han separado en muchos casos las visiones que tenemos sobre lo que debe ser una universidad y siempre la forma de manejar su administración y sus recursos públicos. También tuve fuertes cruces con agrupaciones estudiantiles de partidos políticos que curiosamente demandaban en una de las Facultades con mejor funcionamiento y administración de la UBA cosas que ni soñaban en otras (algunos de ellos, abiertamente “gorilas” en esos años, hoy en el Frente de Todos).

En el año 2016 contribuí a la conformación y funcionamiento del Grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), pero renuncié en diciembre de 2017 cuando el grupo convalidó acuerdos de miembros con los sectores de la UBA que siempre había enfrentado, y que eran tan parte de Cambiemos como el propio Ministro Barañao, al que el Grupo tanto criticaba. Lo hice con perfil bajo porque lo principal era que cambiara el gobierno y se detuviera el desastre que estaban haciendo, y seguí colaborando en lo que pude con muchos de sus miembros. Hoy gran parte de los funcionarios de CyT son miembros de CyTA.

Creo que no soy un gran científico, pero trabajé como científico y sé de qué se trata. Siempre me atrapó tratar de entender cosas. Creo que soy un buen docente, y di clases por más de 30 años. Muchos dicen que soy “conflictivo”, y es cierto: intento decir lo que pienso y no abandonar mis convicciones, no aceptando negociar cosas que no creo correctas. Para algunos soy muy “Jacobino”. También creo que así como no es lo mismo ser docente que investigador, no es lo mismo ser un buen científico que un buen gestor.

En mi vida de gestor aprendí primero de temas académicos universitarios, luego de presupuesto, después de higiene y seguridad. Descifré los archivos del sistema de liquidación de sueldos de la UBA haciendo “ingeniería inversa” para poder tener autonomía de gestión a nivel de facultad. En los últimos años me dediqué a juntar datos sobre presupuesto de CyT. Alguien podría pensar que soy un “todo terreno”, y no es tan así. Nada de eso lo hice porque tuviera una vocación especial con esos temas sino porque en cada momento evalué que ellos eran estratégicos para resolver los problemas políticos que enfrentaba en la gestión (o en la oposición). Algunos se sienten cómodos encasillándome como un “experto en números”, quizas porque no comparten mis ideas de gestión, basadas en el modelo de ciencia y universidad de Rolando García, al que tuve el honor de conocer.

Los cargos que tuve los gané por concurso (como docente o en el CONICET) o por cómo trabajé, y no por las cosas que hice sólo para tener el cargo o pidiendo uno. En particular, tuve la suerte que en agosto de 2016 Jaime Perczyk se acordara de mi y me invitara a sumarme al equipo de gestión de la UNAHUR. Acá siento que soy valorado y puedo aportar lo que aprendí en tantos años. Estoy muy contento de trabajar acá.

Nací en San Miguel, en una familia donde no había universitarios, y ahí viví más de 20 años. Después de haber tenido la fortuna de pasar por tantos lugares, que ni sabía que existían, y de conocer a tanta gente valiosa, es muy lindo volver tan cerca de donde salí haciendo algo que me gusta y que creo que vale la pena.

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